Hoy os enseño suelos con mosaicos hidráulicos, si, es verdad que su uso a disminuido, pero todavía encontramos muchas fabricas que los siguen realizando de la manera tradicional (por eso su elevado precio).
Foto: La Fabrika
Fotos: Mosaicos del Sur
Foto: La Fabrika
Proceso de fabricación
El
mosaico hidráulico se fabricaba pieza a pieza. El artesano elige los colores
que va a utilizar y prepara una pasta con agua, mezclando polvo de mármol
blanco, cemento blanco, arena y pigmentos.
Este
preparado se vierte en la «trepa», que consiste en un molde que integra unos
separadores de bronce o latón encajados dentro de un marco. Cada espacio se
llena con su color correspondiente. Cuantas más tonalidades tuviera el dibujo,
más tiempo para su elaboración era necesario, por lo que el coste de la loseta
aumentaba. Esta capa, la decorada, que es la que era visible cuando estaba
colocada, tenía unos 4-5mm de espesor.
Cuando
la «trepa» se ha llenado con las diferentes pastas de colores, se añade una
segunda capa, de un grosor similar, formada por una mezcla de cemento gris y
arena, con la función de absorber el exceso de agua de la primera. Finalmente
se termina de llenar hasta los 20 o 25 mm que suele tener el grueso del
ladrillo, con la capa de apoyo, constituida por cemento gris, cemento común y
arena, de textura más porosa para facilitar la adherencia en su colocación. El
molde rellenado se coloca bajo una prensa hidráulica que la comprimía. Después,
se extrae del molde, se deja secar y se sumerge en agua durante 24 horas. Para
que el cemento quedase perfectamente endurecido, las baldosas se rocían con
agua y se ponen en una cámara húmeda durante 28 días, que es el tiempo que
tarda el cemento en endurecerse debido al proceso químico iniciado gracias al
agua. De ahí recibe el nombre de hidráulico.
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